sábado, 12 de diciembre de 2015

安静地死了...

"La muerte silenciosa..."

Me veo obligada a adoptar un tono serio y de reproche (con un toque de frustración). Últimamente la gente me comentaba alarmada los niveles de contaminación que se estaba alcanzando en Beijing, comentarios seguidos de un aluvión de noticias en las que se comentaba, además, la primera alerta roja por contaminación en la historia de China. Irónicamente, la semana anterior la cifra de partículas en suspensión era tres veces mayor, pero no hubo alerta entonces (¿debemos creer que gracias a los esfuerzos del gobierno el problema se minimizó antes de que el problema fuese mayor?).
Pero, para empezar, ¿qué son las partículas en suspensión? Las partículas en suspensión son todas aquellas partículas que se encuentran en el aire y que respiramos. Si estas partículas son iguales o menores de 10mc, pueden llegar a la garganta. Sin embargo si estas partículas son iguales o menores que 2,5 mc, las partículas pueden llegar a los pulmones, ergo son más peligrosas. La mayor parte de las partículas generadas por fábricas, humos y emisiones son finas. Supongo que me seguís.
La OMS recomienda que el nivel de dichas partículas por metro cuadrado sea de 25mc como mucho, un nivel aceptable que, según las aplicaciones de contaminación de Beijing, se sitúa en el nivel verde. El nivel que alcanzó Beijing durante la alerta roja fue de unas 250 partículas finas por metro cuadrado. La semana anterior, más de 600 (fuera de todo índice conocido hasta el momento). Se dice que haber respirado de forma normal aquel día equivaldría a haber fumado 40 cigarrillos. Y supongo que habréis visto el vídeo del artista chino que durante 100 días aspiró aire pekinés, y con lo que obtuvo construyó un ladrillo (en caso de que no, os recomiendo verlo fervientemente http://www.telecinco.es/informativos/internacional/contaminacion-medio_ambiente-aire-ladrillo-Nut_Brother-artista-China_2_2095305074.html). Aunque son elucubraciones mías, creo que si este señor hubiese aspirado durante 100 días el aire pekinés, y este se encontrase al mismo nivel de contaminación de hace dos semanas (es decir, 600 aproximadamente), de lo obtenido podría fabricar 3 ladrillos.
El aire pekinés es mortal. Tiene olor característico a azufre, a polvareda de tierra, nada más olerlo sabes que necesitas la mascarilla. Cuando llegas a casa, tu ropa y tu pelo tienen este olor característico que, como el tabaco, se adhiere irremediablemente. Los edificios apenas pueden discernirse en la distancia. El aire pesa como si fuese corpóreo, y cuando no llevas mascarilla se nota de forma directa: nariz congestionada, garganta irritada, dolor en el pecho, dificultades para respirar... Y nunca puedes adivinar cuándo o cómo vendrá. Con suerte, una ráfaga de viento podrá llevarse la nube tóxica, pero ¿no es tentar a la suerte? Los colegios e institutos ya han llegado a cerrar por la contaminación. La universidad curiosamente no, gracias al gobierno que se preocupa por nuestra educación.
La contaminación ya forma parte de la cultura china. Para los que no lo sepan, es muy común y popular en la cultura china que los chinos, tras realizar una sonora gárgara o carraspeo, arrojen un escupitajo al suelo. Aunque a los que llevamos un tiempo aquí no nos sorprende, e incluso ya lo realizamos, al resto de extranjeros les causa repulsión y asco. Es más, los chinos tienen la curiosa manía de hurgarse la nariz (incluso dejan más larga una uña para este fin). Visto así, y sumado al hecho de que los chinos son muy sucios, podemos generar una idea aproximada de que los chinos, por antonomasia, son sucios, guarros y descuidados, sin civismo alguno. Ahora bien, aplicado todo esto a un contexto de aire contaminado, no podemos no solidarizarnos con ellos. La contaminación no solo irrita fosas nasales y garganta, sino que las reseca terriblemente. Los mocos, por ende, se vuelven ásperos, negros (ya que al absorber todas las partículas contaminantes que, a su vez, absorben el agua de la mucosa, dan como resultado mucosa seca y ennegrecida), muy difíciles de "arrancar". ¿Qué emplearía un chimpancé para sacar fácilmente el moco seco y molesto (no parece muy obvio, pero el moco seco puede ser afilado y hacer heridas en la nariz) de la nariz? Pues algo que tiene a mano (literalmente) y que puede manejar con facilidad: el dedo. Si atamos cabos, también podemos deducir por qué sacar los mocos de la garganta carraspeando y escupiendo parece la forma quizá no más limpia o bonita a la vista, pero sí más eficaz.
Y digo que esto pertenece a la cultura china y no a la pekinesa por un motivo. Hoy, hablando con un chico de Wuhan (¿os suena? Una ciudad poco conocida en el centro de China, nada muy llamativo) sobre la contaminación, le preguntamos: "En Wuhan no será para nada como aquí, ¿verdad?" A lo que él respondió: "Bueno... En Pekín hay mucha contaminación, pero en Wuhan también hay bastante". No puedes escapar de ella, pues hasta en los sitios más recónditos de China vas a encontrarte esta neblina mortal.
Beijing es una ciudad fantástica, con una cultura inmensa y unos monumentos impresionante. Es realmente una lástima que la contaminación impida cada vez a más gente vivir en esta gran ciudad. No solo a los extranjeros que nos hemos visto atraídos por el país, su lengua y su cultura, sino a los propios chinos que van a la capital en busca de oportunidades. En Beijing no se puede vivir. Es una triste realidad, pero una realidad al fin y al cabo. No creo que sea saludable respirar este aire como no creo que vivir con una mascarilla tampoco lo sea (por mucha contaminación que se filtre, el aire que se respira a través de una mascarilla es más bien escaso). Una sociedad de aire contaminado llevará a que las actividades al aire libre se reduzcan drásticamente por su riesgo, lo que, quien sabe, puede que derive en una sociedad apática, introvertida y con una salud lamentable. Además, la contaminación genera un palpable efecto invernadero que, a la larga, provocará efectos irreversibles en plantas, animales, zonas perennemente nevadas, etc. No creo exagerar al decir que la sensación térmica cuando hay contaminación es de al menos 5 grados más.
Hemos preguntado a gente que lleva varios años en Pekín, y dicen que nunca han vivido una situación como esta. Hoy vivimos la primera alerta roja de la historia, pero los tiempo cambian, y las ansias de producción, así como el aumento de la población son un hecho. Quién sabe qué nos deparará el futuro.



                                         
























"Picos de contaminación en el área de Beijing"                                "Mascarilla negra el día de la alerta roja"
                12/12/2015


domingo, 29 de marzo de 2015

期望着去中国......

"Deseando ir ya a China..."

Últimamente los sentimientos de pequeñez y estremecimiento por lo que se avecinaba han dejado paso a otra sensación muy distinta. 

Poco a poco todo lo que me rodeaba me decía todo lo que iba a ver y a disfrutar allí. Monumentos, paisajes, gente, comida, sensaciones... En cualquier clase, cualquier persona, todo parecía enfocado a mi viaje. Incluso he llegado a soñar con él.

Aunque todo esté enviado y aún no sepa ni dónde me alojaré ni qué asignaturas cursaré, yo ya me he tomado la libertad de investigar aplicaciones, páginas web, etc, para que pueda exprimir mi experiencia al máximo.
 
Una noche me llevó acondicionar mi móvil para que me ayudase a estar en los dos sitios a la vez con la mayor fiabilidad posible.

En primer lugar, un par de relojes que me permitiesen ver la hora simultáneamente de España y de Pekín (concretamente Pekín, porque China es grande y tiene varios husos horarios). La verdad es que el resultado no quedó como esperaba, ya que yo quería un par de relojes analógicos, uno al lado del otro, y que marcase cada uno su hora. No he encontrado nada del estilo, solo un reloj digital ajustable que bueno, marca las 7 horas de diferencia con España, así que no busco nada más. 

Después, un widget que marque el tiempo meteorológico durante algunos días y sus temperaturas. Nada más útil para saber cuando se avecinan tormentas de arena o lluvias ácidas.

Una vez acondicionados los widgets climatológicos (porque uno de tu propia ciudad nunca viene mal), procedí a realizar uno de mis pequeños e inconfesables hobbies con el que me puedo tirar bastante tiempo, y es buscar aplicaciones de todo tipo, en este caso que me pudiesen servir para mi viaje. En mi pequeña búsqueda encontré cosas interesantes, como una aplicación que mide la polución en el aire (en Beijing predominan el color rojo y morado, el número 200 y la frase "不健康", literalmente "no es saludable"). No era una aplicación muy alentadora, pero era cuanto menos curiosa. También descargué aplicaciones varias para encontrar sitios de toda clase en la ciudad, guías turísticas e incluso "tips" que te explicaban el por qué de algunas costumbres chinas, como hervir el agua antes de beberla. También encontré un buscador chino (el famosísimo 百度) y aplicaciones varias sobre los trenes y la línea de metro. Las metí en una pequeñita carpeta llamada "China" y de vez en cuando la miro con ternura. 

Por último, llevaba mucho tiempo planeando hacer un Twitter sobre el chino. Mi idea inicial era que fuese un Twitter didáctico en el que enseñase mis "tips" o reglas mnemotécnicas a la hora de aprender un caracter. Sin embargo ha evolucionado a un Twitter en el que tiene cabida todo: lo que he mencionado antes, historietas curiosas, cosas culturales acerca de China, y sobre todo tweets random que, sencillamente, me apetece poner. No solo será un Twitter para que la gente pueda aprender algunas cosas sobre este país, sino que además será un Twitter para que yo misma pueda practicar. No certifico que los tweets estén bien escritos, ni que tengan algo en otro idioma que no sea chino, pero me apetecía hacerlo y lo he hecho. Como diría Dante en su Divina Comedia: "Abandonad toda esperanza, vosotros que entráis."


https://twitter.com/beijinner?lang=en


domingo, 1 de marzo de 2015

办手续,办手续...

"Trámites, trámites..."

Los procesos y trámites antes de realizar una movilidad nunca son un camino de rosas, y esto es de dominio público. Con una movilidad además hacia China, este proceso pintaba ser un poco más complicado incluso.

Todo comenzó con una reunión informativa. Reuniones muy alentadoras y bonitas, pero que realmente para resolver dudas nunca están. Si tienes algún problema, te remitirán a un departamente o a otro, o incluso quizá a la página web directamente. Un poco a oscuras intentas hacerte paso a través del amasijo de links hasta que lo ves claro: entras en el apartado de tu destino y habrá un pdf en el que vendrá especificado lo que hay que entregar, pauta por pauta. Nada más lejos de la realidad, te aparece una guía sobre cómo rellenar la solicitud online de la universidad que es sólo UN papel a entregar. Dentro de dicha solicitud hay que adivinar el papeleo que se requiere porque aparezca o no mencionado. Después de cincuenta correos, crees que más o menos lo tienes. Ahora toca organizarse.

Cartas de recomendación de al menos dos profesores en chino, algo sencillo y que apela a la buena voluntad del profesor en cuestión.

Copia del expediente académico en inglés. Parece claro que es un papel que se puede obtener en secretaría, pero, ¿en qué apartado? Registro, información, recogida de títulos, carreras... Buscas y rebuscas pero no hay ningún apartado en que te especifique dónde se realiza, así que sacas cita para una mesa y rezas, con casi 30 euros en la mano que te costará dicha copia.

Fotocopia del pasaporte. Algo que no suele ser un problema, salvo para los que como yo tienen el pasaporte apunto de caducar. A sacar cita cuanto antes para no pasarte de la fecha límite de entrega del papeleo. De nuevo, con unos 30 euros en mano para costear dicha renovación.

Solicitud de la universidad. Un mero formalismo de rellenar con tu nombre, apellidos, certificados de lengua, información detallada de las cartas de recomendación, etc.

Certificado HSK. No es obligatorio, pero ¿por qué no?

Fotos, una en la solicitud y otras en mano. ¿Cuántas exactamente? No se especifica en ningún sitio. Entregas dos esperando que sea suficiente.

Todo esto acompañado de un papel en el que explicas qué documentos aportas y todo en un pdf que no debe superar los 5mb de peso, que yo, como no podía ser de otro modo, superé. Por suerte existen páginas que reducen los pdf, así que el papeleo pudo ser debidamente entregado a su tiempo. Todo ello en una jornada maratoniana de un mes. Ahora tocará esperar otro mes más para recibir el certificado de llegada. Es solo un trámite más, pero ¿me acogerán los chinos en su universidad más prestigiosa?

Me dispongo con suficiente antelación a sumergirme en el mundo de las convalidaciones y firmas de acuerdos de estudio, que con ayuda de mi tutor de la zona geográfica (un simpático señor del departamento de matemáticas) empezaré a investigar.

Los trámites al respecto no han hecho más que empezar.


viernes, 16 de enero de 2015

只要你坚持努力,就一定能实现自己的理想

"Sólo si trabajas con perseverancia, tus deseos sin duda se harán realidad"

Ya está, la suerte está echada. No hay marcha atrás. Comienza un emocionante capítulo de mi historia, de mi vida. Llevaba tiempo esperando este momento y al fin ha llegado... Con algo de retraso.

No es el primer año que la idea de viajar a China para completar mis conocimientos del chino ha surcado mi mente. En primero ya probé suerte con una beca que me denegaron. En segundo me quedé con las ganas de echarla, aunque sé que tampoco habría obtenido el destino deseado. Este año, por fin con una buena media, un examen oficial de chino a las espaldas y con varias asignaturas cursadas de más, por fin ha llegado el momento: me han concedido la oportunidad de realizar parte de mis estudios de cuarto curso en Beijing. Cinco meses, para ser exactos.

Llevo mucho tiempo haciendo a mis padres a la idea, pues la cuantía no es muy generosa. De hecho, me consideraría suertuda si consiguiese pagarme el avión con ese dinero. La idea de irme tan lejos tampoco ayudaba, y más a un país tan grande, desconocido e incierto. A todo ello se le suma el hecho de que será un cuatrimestre entero en el país, sin posibilidad de que una desafortunada morriña me lleve de vuelta a España, aunque sea por Navidad. Sin embargo, la simple idea de poder irme hacía que todas esas cosas fuesen una minucia en comparación.

Cuando llegó el día 16 de Diciembre, día de la publicación de las primeras listas provisionales, tuve mi primera alegría dentro de un cuatrimestre que estaba siendo, cuanto menos, muy duro. Sin embargo no quería encariñarme con esas listas, pues siendo provisionales aún eran susceptibles de cambio. Por ello me alegré de haber pedido la erasmus ya que, si finalmente no obtenía Beijing, podía irme a un país cercano en Europa a cursar mis estudios. Finalmente llegó el día 15 de Enero, día de publicación de las listas definitivas que rezaban, de nuevo, que había sido beneficiaria de una beca con destino a Beijing. Observé la página con recelo. No había ni trampa ni cartón, eso ya sí que era definitivo. Me tomo un día de reflexión y de hablar con los padres. Mi inevitable destino de viajar al gran país asiático se aproxima cada vez más.

Con algo de miedo a equivocarme y con el corazón latiéndome muy fuerte, presiono la tecla de "aceptar plaza".

Esta experiencia, aunque aún lejana, se acerca a pasos agigantados.